Centro Cultural y Filarmónica
Los dos edificios nacen de lo que les rodea, de un edificio existente de 1929, de las azoteas escarpadas y las divisiones verticales de los edificios residenciales de su alrededor; de los monumentales y verticales adornos neogóticos de las iglesias, y de los volúmenes pesados del clasicismo; de las torres que salpican toda la ciudad. Así como de las referencias industriales, en concreto de su gran tradición minera con grúas y mástiles que nos vamos encontrando alrededor de la ciudad de WALBRZYCH. Aspectos que recogemos y queremos aportar a nuestra propuesta.
De este modo, los dos edificios se componen como un instrumento musical en sí mismo. Uno por la actividad que encierra en su interior y el otro en memoria al primero. Al igual que un órgano, la yuxtaposición de elementos de una escala pequeña acaban conformando una totalidad que permite enraizar con el lugar en el cual están insertados.
A través del pensamiento expresionista, tratamos de romper parcialmente la geometría, y encontrar un nuevo ritmo que consiga transmitir emociones, mediante equilibrio entre la masa y la verticalidad de sus elementos.
Tanto el vidrio como el hormigón tintado y texturizado, materiales de acabado en los dos edificios pero con tonos diferentes, permiten mostrar el contraste con los edificios de su alrededor creando objetos-edificios brillantes, transparentes y verticales.